Dentro de los regímenes totalitarios que existieron en la historia, seguramente el más recordado y odiado por todos sea el de Adolf Hitler, en la época de la Alemania nazi. El nazismo tomó como modelo a seguir las bases ideológicas del fascismo en Italia, de la mano de Benito Mussolini. Pero no me quiero meter en cuestiones políticas, sino que quiero comentar de qué estilo era el cine que “disfrutaba” la gente en los años en los cuáles Hitler era amo y señor de mundo.
El cine informativo era el más utilizado. Había adquirido relevancia durante la Segunda Guerra Mundial. En los años anteriores al nazismo, era un fiel reflejo de la realidad. Y ganaba muchos adeptos al contar con imágenes. Es sabido que con el crecimiento y el aumento de poder de Adolf Hitler, la objetividad desapareció y sólo se utilizaba para brindar información falsa al pueblo. Igualmente las personas consumían los datos, y en ese punto Hitler ganaba seguidores.
Por ese tiempo, la UFA era la productora más importante. Y todos los trabajos debían pasar por ella, que decidía su censura o su posible salida al mercado. Los documentales también sirvieron como instrumento para difundir la propaganda nazi. Su estructura narrativa era sencilla: un líder y su enemigo, y la repetición de esta idea. El primero era el ejemplo perfecto de persona. Alguien ganador, carismático, con ideas, que sea amado por un pueblo con un carácter emocional algo vapuleado. Ése era el fuhrer. El enemigo era la otra “pata” de la historia. Y se lo utilizaba para fomentar el odio que la población debía tenerle. Los tres grupos que constituían esta figura eran los judíos, los bolcheviques y los anglosajones, aunque los primeros eran los más usados en estas historias. Películas como El judío Süss y El judío eterno de 1940 reflejan el tipo de cine que se exhibía en esos años.
La actividad cinéfila más importante la constituían las Staatsauftrags filme. Estas películas eran subvencionadas por el Gobierno. En muchas ocasiones su trama era de ficción. El personaje principal era un campesino al que se lo mostraba trabajando. La idea de esto era glorificar la raza germana, usándolo como excusa para la expansión territorial. Otro estilo cinematográfico era el de los llamados Party Film. El arquetipo que creaba este tipo de películas era el del buen militante, y se reiteraban los principios morales del nacionalsocialismo: la muerte heroica, los símbolos nazis, la exaltación de la raza aria, y el compañerismo entre los miembros del partido. Cuando el partido nazi alcanzó el poder dejaron de producirse.