
Con un elenco comandado por Hugh Jackman y Evangeline Lilly, la película se centra en el 2020, año en dónde Charlie (Jackman) será un boxeador olvidado, que junto a su pequeño hijo construirá un robot boxeador. Con el paso de las peleas, Charlie conocerá a fondo a su hijo, y a la vez tendrá la oportunidad de coronarse campeón, algo que como deportista no logró. Una típica película de redención
El film no tiene un argumento novedoso, pero engancha. Su duración es de 2 horas dónde se combina acción, humor y emoción. En el sitio Filmaffinity, dónde los usuarios tienen la posibilidad de puntuar las películas, este film posee un 6.7, un puntaje muy aceptable. Los críticos argentinos también la valoran. Pablo Scholz, de Clarín, la considera más entretenida que Transformers. También opina que deja una enseñanza sobre la perseverancia, y nos permite observar el lazo entre padre e hijo, algo olvidado en estos tiempos.

Por último, Martina Hirsch considera que es una película sorpresiva, que no aburre, y que su sentimentalismo no abruma, es decir que está muy bien tratado. En definitiva, cree que es un digno entretenimiento con toques hollywoodenses. Por lo tanto, Gigantes de acero es una buena película. No quedará en el recuerdo de todos, pero divierte. Y dentro de la mediocridad de buenos estrenos, es más que recomendable ver este film.
Vale, es un poco pobre pero está bien.
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